Un médico de Marianao.

"Casi todos los médicos tienen su enfermedad favorita", escribió alguna vez Benjamin Franklin. Esta es mi enfermedad: escribir. De Marianao al Canadá, curando gente, opinando del calor, la nieve, las ciudades y enfermando de ideas personales.

domingo, febrero 28, 2010

Cambios


He perdido los cambios y me sugieren lo mismo
palabras de la naturaleza o el agobio de los puentes
inundaciones para cada batalla.
Camino sobre la luz
evoco un espanto de lámparas
y toda la suerte de la virtud, tendencias
quiero a veces cerrar un paso e inventar una cadena de arte extraño
firmar un papel, banquete para mis mercenarios
dibujar dos puntos y un escape para salvarnos.

6 comentarios:

Lady Jones dijo...

MR. DOCTOR!!! Qué bueno volver a leerte!!! Me encanta tu blog, lo sabes, no? y bueno, de tu poema... te diré: "un escape para salvarnos" me ha dejado pensando en lo que nos hace estar aquí, escribiendo esto, pero igual, no tiene nada que ver...
Un beso.
LADY JONES

Rodrigo Kuang dijo...

El tema del cambio nunca dejará de ser recurrente para el cubano sensible. Nos pasamos la vida cambiando de rumbo sólo porque la realidad nacional permanece estática. Es el movimiento que, paradójicamente, produce la inercia, el estatismo de nuestra memoria, contrapuesta a la mutación de nuestros cuerpos.

Mediterráneo dijo...

Me quedo con el mensaje de esa fotografía:

En espera de que llegue viento, que levante la cometa y así correr con la libertad por la playa.

Un abrazo, doctor.

cubangerman dijo...

Pero no cambia mi amor
Por mas lejo que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente

Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana


(fragmento de una canción de julio numhauser.
popularizada por la negra,mercedes sosa)

Mediterráneo dijo...

Vengo con noticias:

En la parte derecha de mi blog, tienes un premio que recoger... corre!

Un abrazo, mi querido Doctor!

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Los cambios son necesarios, es normal de supervivencia humana, por muy pocas ganas que tengamos muchas veces de aceptarlos. Un abrazo.