Un médico de Marianao.

"Casi todos los médicos tienen su enfermedad favorita", escribió alguna vez Benjamin Franklin. Esta es mi enfermedad: escribir. De Marianao al Canadá, curando gente, opinando del calor, la nieve, las ciudades y enfermando de ideas personales.

sábado, enero 22, 2011

Partituras




Los mejores motivos se me quedaron en aquel balcón
arruinados por la mala suerte y la conjura de las malas decisiones
poco pude hacer para detener mis pequeñas partituras
cuando decidieron marcharse en la escoba de una bruja maldiciente.

En la habitaciones del primer amor
se me vaciaron los augurios
con la desnudez del cuerpo se perdieron los zapatos en el lodo
y nada recibí en retorno
por las medias sudorosas con sabor a tierra y cuero de gladiador.

En las avenidas de la hipocresía
dibujé las verdades en cartones con tintas de graffiti
los ángeles de mi alegría se murieron de miedo por la soberbia del poder
mientras las hienas de la mentira se disfrazaban de codornices grises.

En los puertos de la vida me encontré con las señales de la muerte
En las aldeas de los ricos encontré las alegrías de los pobres
en el balcón de la infancia mi padre cantaba sus boleros favoritos
mientras las baladas, las canciones y todas las partituras de mi esperanza
desaparecían entre los picos de la palmas.