Un médico de Marianao.

"Casi todos los médicos tienen su enfermedad favorita", escribió alguna vez Benjamin Franklin. Esta es mi enfermedad: escribir. De Marianao al Canadá, curando gente, opinando del calor, la nieve, las ciudades y enfermando de ideas personales.

miércoles, agosto 18, 2010

Toronto, el verano y la obsesión de una torre




La obsesión es una idea fija, que se repite de manera continua y va sucedida irremediablemente por una acción física o mental llamada compulsión. Ciertamente no pretendo hacer de esta entrada una disertación sobre un tema de psiquiatría, más bien reflejar el proceso mental- afectivo por el cual pasé durante la última visita a la ciudad de Toronto.
La idea general del viaje era conocer Toronto desde abajo, caminar en todas direcciones y sentir el pulso de una de las ciudades más atractivas y seguras de Norteamérica. Para lograr el objetivo me armé con una cámara digital Canon XS y varios lentes compatibles con la misma, sin embargo y a pesar de mis esfuerzos, la gran torre emergía por doquier, a veces caprichosamente entre los rascacielos, en otras emergía desde la noche en un concierto de luces fascinantes, rocanroleras y visiblemente adolescentes.
Ante tanta sugerencia y con la promesa de un reencuentro romántico y místico con la ciudad, dejé libre pulso al obturador de la cámara y obtuve estas fotos, como testimonio fehaciente de la imposibilidad de combatir la sublime obsesión que induce,la bella torre torontina. Mas allá también me esperaron la noche y la alegría florar del verano en esta ciudad emblemática de los grandes lagos del norte.