Un médico de Marianao.

"Casi todos los médicos tienen su enfermedad favorita", escribió alguna vez Benjamin Franklin. Esta es mi enfermedad: escribir. De Marianao al Canadá, curando gente, opinando del calor, la nieve, las ciudades y enfermando de ideas personales.

domingo, enero 15, 2012

La Roca de Percé





Cada país tiene sus secretos.
La semana pasada escribía en este blog sobre la “frialdad”del sol del labrador. Afortunadamente y gracias a la circunvalación de la tierra alrededor del sol, Canadá también goza de la estación del verano, aunque con honestidad mucho más corta en comparación con otros lugares del planeta y sin extraordinarias sorpresas en la columna de Mercurio.
A finales de Junio, el verano se presenta en su completo esplendor. Las carreteras se descongelan, los bancos de nieve desaparecen de los bordes del camino y el tránsito terrestre se hace placentero. Aunque algunos lectores imaginarían las carreteras del Labrador sin peligro de accidentes y aptas para conducir a alta velocidad, realmente no es así.
El labrador es una inmensa vastedad de lo salvaje. Se necesitan al menos 2 días para dejar atrás cientos de kilómetros de foresta boreal, animales salvajes y el polvo irritador de los caminos, que actúan en contra de los transeúntes, casi en venganza por haber sido ocultados tras casi 9 meses de nieve y frio.
En el verano siempre salimos por carretera. Nuestros destinos habituales serian la ciudad de Quebec o Montreal, sin embargo en Julio pasado cambiamos el itinerario hacia otra región ubicada al norte de la provincia de Quebec.
Pocas palabras pueden describir la belleza de este lugar. La Roca de Percé, emerge del océano creando la ilusión óptica de un caballo pastando en páramos azules y con la bienvenida agregación de pájaros marinos, cómplices ancestrales nunca hastiados de esta maravilla natural.
Puedo asegurales es un lugar desconocido para la gran mayoría de los canadienses. Al estar situada en la parte francófona del país, poca difusión existe en los medios, sobre la belleza pictórica de la Roca.
Solo estuvimos 48 horas en aquel paraíso. Es posible que no regresemos más, hay tanto secretos y lugares por descubrir que una vida no alcanza para todo. Gracias a mi 7D, ya tengo en mi poder una memoria pictográfica significativa.
Permítanme compartirla con ustedes.










domingo, enero 08, 2012

El Sol no da de beber.



No se puede tener todo, todo el tiempo.
Nacido y criado en Cuba, bendecido por el calor eterno de las aguas del Caribe, impregnado del salitre salvador y del sol bienhechor del trópico, poco pude imaginar que las naves de mi necesidad me hicieran carenar en esta parte del mundo.
Por razones históricas siempre he estado presto a quemar mis naves personales como el gran Hernan Cortés hiciera más de 500 anos atrás. En mi caso nunca ha sido para conquistar imperios exóticos ,sino mas bien para intentar pertenecer a un mundo que nos fue negado por las arbitrariedades de la historia o mas bien por el poder coercitivo de algunos hombres.
Ahora me auto titulo ciudadano del mundo. He estado en muchos lugares y si el todopoderoso o cualquier otra fuerza cósmica lo permitiese , seguiré en mi afán de adicionar estampas y cuños en mi pasaporte.
La vida es una secuencia de eventos. El nacimiento y la muerte no es nuestra opción. EL camino de un punto al otro depende mucho de nosotros, aunque a veces el mejor lugar no es el que mas queremos.
Ayer me di el placer incursionar en la belleza gélida del Labrador. -25 grados Celsius en el termómetro y un Sol que nunca llega al cenit. Ávido viajero al fin me he acostumbrado a encontrar la belleza en cualquier objeto, ya sea un lago congelado, una casa a la vera del camino o arbustos secos semi difuntos ya resignados a la espera del sueño primaveral.
De cualquier manera el frío del Sol del labrador me inspiró para escribir esta entrada. Como dijera un poeta cubano - recientemente muerto en vida- “ el sol no da de beber”.