Confieso haber tenido algunas reservas en torno a las grandes ciudades de Norte América. La propaganda de los noticieros describe una situación de violencia y agresividad social que a veces predispone a la más racional de las personas. Sin embargo todas mis incertidumbres quedaron despejadas a las pocas horas de la llegada a la gran ciudad de Toronto— quizás la más populosa de todas las ciudades canadienses, con una variedad étnica y cultural que con frecuencia hace olvidar a muchos que somos extranjeros en tierra adoptiva—. En general los ciudadanos de Toronto son muy educados y de buenas maneras, las calles impecables, casi asépticas, donde se puede caminar con tranquilidad sin temer ser asaltado o despojado de las propiedades individuales. La cultura peatonal es sencillamente esmerada, las manitas y hombrecillos en la luces de los semáforos son respetadas a la perfección y sin exageración puedo contar que nadie levanta la voz o hace exclamaciones indebidas en la vía pública.
El objetivo principal del viaje era disfrutar de algunos juegos de baseball en vivo y de paso apoyar a mi equipo preferido—Medias Rojas de Boston—los cuales estaban atravesando por unas de las peores rachas en ganados y perdidos en la historia del club. Mi equipo no me defraudó, barrieron elegantemente con los azulejos de Toronto—tres juegos contra cero— y con muchas esperanzas nos devolvieron el espíritu ganador de los últimos 100 años.
Entre juego y juego, Toronto invitaba a conocer sus entrañas. Nada monstruoso encontré en sus interiores.Ya desde la CN Tower, una de las estructuras mas altas fabricadas por el hombre, el paisaje se expande mas allá de la frontera canadiense y sin mucho esfuerzo se atisba en la distancia la ciudad de Búfalo en la costa sur del Lago Ontario. La belleza del lago es impactante y cuesta creer que aquella gran vastedad líquida es solo de agua fresca producto del continuo proceso de hielos y deshielos que desde tiempos prehistóricos predomina en la parte polar de este hemisferio.
A la altura de tres pisos sobre el center field
La gran torre en toda su elegancia
Sobre un simple cristal a 553.3 metros de altura
El azul inmenso del lago Ontario
El centro de la ciudad a orillas del lago
La estructura libre mas alta del mundo
5 comentarios:
Que casualidad, en estos momentos estoy hablando con tu hermano. Saludos.
Bonita visión desde las alturas... pero a veces hay que tener los pies bien pegados a la tierra.
Un placer volver a leerte.
Besos, doctor.
impresionante!
supongo que en persona te deja boquiaberto
Una ciudad impresionante de la cual guardo solo buenos recuerdos
saludos
Excelente crónica. Muy buen retorno de vacaciones bloggeras, bien apoyado con las imágenes que no pueden mentir.
El Granma y el NTV siguen diciendo que fuera de Cuba sólo hay peligro, violencia, pobreza y deshumanización... Pudieran desanimarse al conocer experiencias de este tipo.
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