De repente navegaba en un barco de fresas
me exigían los pecados
y mis otrora genitales rubios
los sermones que tomé tras las zurras
el primer orine en los pantalones
y el calculado oficio de ocultar las maldades.
De repente las nalgadas
y el remedio de abrazarme a mamá
sus tiernas defensas
los caramelos para secar los ojos
de repente la infancia de un niño común
las leyes de la naturaleza y la esencia de todos
de repente, me quedé sin el sueño
4 comentarios:
Otra vez te leo y te cuento que encantas
Gracias Belen por leer lo que escribo. Me encantan tus visitas y la tecnica agradable que usas en tus coplas para educar. Este mundo necesita de mucha gente como tu.
Saludos, Roberto
En cada una de esas palabras nos vemos todos hermano,estoy seguro de que tendrás mas sueños como este,solo deseo que despiertes satisfecho al ver todo lo hermoso que te rodea.
los tuyos
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