Años después los tres hermanos regresaron, en esta ocasión como
los reyes del disco. Canciones como Stayin’
Alive, Night fever and More than a woman inundaban mi casa y en
medio de toda la algarabía melódica se destacaba mi hermano con sus camisas
estilo Manhattan, las costuras de pinzas en la parte posterior de estas, los
pantalones campanas y los sufribles zapatos
plataformas, que a todas luces hacían el caminar bastante difícil y ya podrán imaginarse
las dificultades para el baile.
Robín y los Bee Gees eran nuestro grupo favorito. Mi hermano
era un gran bailador yo mas bien un tímido principiante. Con frecuencia el me
llevaba a las fiestecitas de la secundaria donde se celebraban competencias
extraoficiales entre los mejores bailadores. Arsenio de seguro lideraba aquel
grupo y al ser su hermano menor de alguna manera tenía acceso al séquito de
muchachitas rimbombantes que lo acompañaban. Fue en una de esas fiestas, en
medio de el sudor y el aliento tibio del ponche y los acordes dulces y
prolongados de How Depp is Your Love, donde aquella morena−de la cual nunca supe el
nombre−me
agarró fuertemente de los hombros y me hizo posar mis manos en su cintura y
bailar bien apretaditos la danza de los enamorados. No creo que aquella
muchacha tuviera algún tipo de intención sexual conmigo. En fin de cuentas yo
era solo un niño pero la combinación de su bien tallada figura, su busto
prominente a la altura de mis ojos y los efluvios hormonales, ya incipientes en
mi cuerpo, produjeron una elevación vergonzante en cierta región de mi anatomía.
En los inicios de los 80 los Bee Gees y el disco cayeron en desgracia.
Miles de fanes del Rock quemaron sus discos en piras públicas. La música Disco
se convirtió en un paria sin destino y con su naufragio, muchas de las
agrupaciones simbolizates del género desparecieron.
Robín y sus hermanos entraron en el periodo más negro de su carrera. Pero como
acurre con todos los genios, se mantuvieron componiendo y produciendo canciones
para otros cantantes, éxitos siguieron en las voces de Dolly Parton, Dionne Warwick
and Barbra Streisand.
Ya en el 1986 y siguiendo el paradigma de la leyenda bíblica, renacieron de sus cenizas. Una
secuencia de éxitos le sucedió, solo interrumpido por la muerte temprana de
Andy Gibb−el
menor de los hermanos− y el inesperado fallecimiento de Maurice, al artífice de la
armonía de los Bee Gees y el hermano gemelo de Robín.
Sin embargo a veces la vida juega malas pasadas y cuando el
gran retorno es aparente, accidentes impredecibles ocurren y deciden el destino
de una persona. En una operación abdominal se le descubrió un cáncer de colon
con invasión a distancia del hígado. Aun sabiendo del pronostico pobre, Robín
se aferró a la vida y continuo trabajando en su proyecto final.
Su gran batalla
personal fue interrumpida al caer en coma clínico, producido por la enfermedad.
Quizás de forma milagrosa o por esas cosas que pasan en el mundo medico
que no tienen explicación racional, Robín se recupero del coma. Cuentan que en
aquellos días su familia mantuvo vigilias constantes al pie de su cama, tocando
sus números musicales preferidos, esperanzados de lograr el milagro del regreso
del coma.
Desafortunadamente el destino siempre logra su cometido. El 20
de mayo 2012, Robín Gibb fue declarado muerto. Horas antes de morir le pidió a Barry
Gibb−
el único sobreviviente de los hermanos−cantar en su funeral How Deep Is Your Love, la canción más famosa del grupo y de
seguro la más inmortal.
No se si Barry logró complacer el deseo póstumo de su
hermano. Imagino la escena y lo difícil que seria interpretar una canción al despedir un ser querido. En mi caso en un sábado
de verano, donde el invierno se empecina en regresar, rindo tributo a unos de
los mejores cantantes de la época de oro de la música disco y por qué no de la historia de la
música universal.